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La XXI Cena Anual del Sector Inmobiliario reflexiona sobre la transición energética

La tradicional Cena Anual del Sector Inmobiliario, que este año ha llegado a la 21ª edición, contó con Mariano Marzo Carpio, uno de los mayores expertos en cuestión de energía en España y la UE
Cena Inmobiliario 1

El Club Inmobiliario Esade Alumni organizó su tradicional Cena Anual del Sector Inmobiliario, que este año ha llegado a la 21ª edición, en torno al análisis de la transición energética, un tema de gran preocupación ante el avance del cambio climático. Para ello, invitó a Mariano Marzo Carpio, catedrático emérito de Ciencias de la Tierra (UB) y consejero externo independiente de Repsol, que reflexionó sobre la cuestión con la ponencia “¿Transición o revolución energética?”. 

Carmina Ganyet (VV ‘03), presidenta del Club Inmobiliario Esade Alumni, presentó la larga trayectoria de Mariano Carpio y enfatizó que el club quería ofrecer otra mirada sobre el sector energético y los retos que tenemos por delante en Europa.

Mariano Marzo ha trabajado en Europa, Estados Unidos, América del Sur, Oriente Medio y el norte de África y es miembro de la American Association of Petroleum Geologists y de la European Association of Petroleum Geoscientists & Engineers. Además, ha participado en diversos consejos asesores en materia energética de las administraciones central y autonómica, así como de otras instituciones, y mantiene una relación continuada con la industria del petróleo y del gas, a través de la investigación aplicada al sector de la exploración y a la caracterización sedimentológica de yacimientos.  

‘Power is Power’

Tal y como introdujo durante su presentación, únicamente valoramos la importancia de una cosa cuando la perdemos y, en vez de ser un tema estratégico, la energía solo nos preocupa cuando tenemos un problema: “Energía es la capacidad de operar un cambio, de transformar una realidad. Un país que olvida que la capacidad de transformar es energía no está entendiendo algo fundamental. En geopolítica 'power is power'", destacó Marzo.

Cena Inmobiliario 2

Gracias a los hidrocarburos, desde 1950 el consumo energético global se ha multiplicado por cinco, el PIB se ha multiplicado por un factor cercano a siete, la población mundial, por algo más de dos, y las emisiones de CO2 derivadas de hidrocarburos se han multiplicado por más de cuatro (más de diez desde 1900). “Hoy en día, sin los combustibles fósiles el sistema colapsaría”, advirtió el experto.

“Es un consenso científico que, desde la revolución industrial, y muy particularmente desde mediados del siglo XX, los humanos hemos forzado el calentamiento del planeta más allá de los ciclos climáticos naturales. Ahora debemos encontrar la manera de regular el termostato”, añadió. Y el primer paso para resolver un problema es formularlo correctamente: no basta con disminuir las emisiones netas, sino que debemos retirar el CO2 acumulado en la atmosfera (las emisiones negativas).

 

No se trata únicamente de cambiar el modelo energético, sino que la transición implica un cambio radical del sistema socioeconómico

 

Para el experto, el crecimiento económico y las emisiones pueden desacoplarse, pero es un desafío sistémico: no se trata únicamente del modelo energético, sino que implica un cambio radical del sistema socioeconómico.

Por ejemplo, la Unión Europea emite el 8% de las emisiones mundiales. Entre 1990 y 2020 ha reducido un 30% de las emisiones, y a costa de deslocalizar industria intensiva de emisiones. Pero el resto del mundo ha seguido incrementando sus emisiones, de forma que no estamos contribuyendo a ralentizar el cambio climático.

 

Cero emisiones netas y negativas

Cena Inmobiliario

La UE se ha comprometido a lograr la neutralidad climática para 2050, y al objetivo para 2050-2100 de conseguir cero emisiones negativas. Pero para conseguir 0 emisiones netas en 2050, con las tecnologías actuales en el mercado solo dispondríamos de un 50% de las tecnologías necesarias.

Por ello, es necesario aumentar los presupuestos de la UE con esa prioridad, y focalizarnos en nuevas formas de energía, que van desde la fusión hasta el hidrógeno, pasando por los superconductores, y continuando con la economía circular del CO2: hacer de los residuos de CO2 un recurso y transformarlos en combustibles sintéticos, entre otras muchas iniciativas.

La transición energética también comporta cambios significativos en el comercio energético, en los países que controlan las cadenas de suministro y en la geopolítica energética.

“Creo que habría que dar un gran paso adelante en el gasto que hacen los estados, y también las empresas, que tendrían que invertir una parte importante de sus beneficios en innovación tecnológica y científica”, dijo Mariano Marzo. Porque hay una necesidad de un gran impulso a la I+D+I en esta década y las siguientes y de un esfuerzo de innovación disruptiva, no solo tecnológica sino de los gobiernos, las empresas, las finanzas y los ciudadanos.

 

Hay una necesidad de un gran impulso a la I+D+I en esta década y las siguientes y de un esfuerzo de innovación disruptiva

 

Sobre cuál debe ser la estrategia para encarar la transición en Europa, Marzo explicó que debemos prestar atención a las nuevas materias primas de la economía circular y los eslabones de las cadenas de suministros: “Se trata de que lo que emitamos lo compensemos de otra manera, capturando CO2, convirtiéndolo, por ejemplo, en otro tipo de combustible. Se trata de avanzar hacia una suma de actuaciones cuyo resultado final sea 'cero emisiones'".

Al mismo tiempo es necesario impulsar la eficiencia, es decir, bajar el consumo energético manteniendo el crecimiento económico, pero utilizando menos energía. “La transición energética es irrenunciable, pero hace falta más reflexión y autocrítica, y una revaluación constante de ambiciones y objetivos. Buscar un equilibrio dinámico, realista y pragmático entre la seguridad energética, el medio ambiente y la economía”, aconsejó el experto.

 

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