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La rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, a cargo de F. Xavier Mena

La última sesión de Perspectivas Económicas analizó el cambio de rasante de la economía mundial y el punto de inflexión en la geopolítica global, protagonizado por la carrera por el liderazgo tecnológico entre Estados Unidos y China
Perspectivas económicas

El catedrático de Economía de Esade-Universidad Ramon Llull y profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, F. X. Mena, inició su ponencia haciendo un balance de la actividad económica mundial, que presenta registros débiles en los Estados Unidos y en la Unión Europea, lastrada por una inflación persistente y unos tipos de interés elevados.

“Venimos de unas turbulencias enormes (el Covid, la invasión de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio) que fueron respondidas por las autoridades fiscales con unas políticas expansivas grandes, y un ahorro muy elevado que nos ha impulsado. Pero el shock de costes ha sido permanente y se ha traducido en inflación, retirada de estímulos monetarios y una subida de tipos de interés que afectan a la actividad económica”, destacó Mena en su introducción.

A partir del reajuste de buena parte de los desequilibrios, sorprende el crecimiento del 4,9% de la economía norteamericana, que “aunque no está para fuegos artificiales es la que mejor está reaccionando con una reindustrialización espectacular porque el presidente Joe Biden está preocupado por la rivalidad tecnológica con China”, subrayó.

En Europa, sin embargo, la economía entra en datos negativos con su principal motor, la economía alemana, en stand by, y una inflación que, aunque empieza a ceder, ha supuesto una subida drástica de los tipos de interés por parte del BCE.

La economía española, por su parte, se enfrenta en 2024 a los ajustes fiscales y a las reformas estructurales que exige la Comisión Europea: “En España, el PIB per cápita está muy por debajo de Europa, y estar en la media europea debería ser nuestro objetivo. Estamos con tasas de crecimiento cada vez más lánguidas, y aunque las perspectivas no son de recesión, sí de un aterrizaje suave. Hay que acertar con los cambios de ejes porque si no iremos a vías muertas”.

F.Xavier Mena

 

Por su parte, China no está creciendo como antes y sigue presentando desequilibrios demográficos, de agua y tierra, dependencia energética, endeudamiento, corrupción y contaminación. “No creo que su economía vaya a implosionar, más bien está haciendo un cambio de modelo económico porque quiere ser líder tecnológico del mundo”, reflexionó el profesor.

 

"Estamos con tasas de crecimiento cada vez más lánguidas, y aunque las perspectivas no son de recesión, sí de un aterrizaje suave"

 

¿Quién será líder?

La segunda parte de la conferencia se centró en las consecuencias a medio-largo plazo de la rivalidad entre Estados Unidos y China para ser el líder tecnológico mundial. “2024 será el año más importante de vuestra vida porque se va a dilucidar un salto impresionante con la Inteligencia Artificial. Veremos quién será el líder del mundo: el que está es Estado Unidos y el que quiere estar es China”.

Mena hizo primero un repaso histórico para explicar la excelente posición de Estados Unidos como potencia tecnológica ya que desde la Segunda Guerra Mundial el país está invirtiendo en tecnología. “Es un país con muchos emprendedores, cuenta con Silicon Valley y las mejores universidades del mundo, que captan el mejor talento, y un consumo interno muy elevado. Le han surgido competidores como Japón, Corea o la Unión Soviética pero siempre ha conseguido superarlos”.

En la actualidad, el país cuenta con las mejores empresas, como Nvidia, en diseño de semiconductores, aunque su la fabricación está en Corea del Sur, Taiwán y China. La industria de semiconductores está fragmentada: el diseño se realiza en un país, las memorias en otros, las máquinas para la fabricación de chips en otros… De modo que Washington busca reducir la dependencia exterior en la fabricación de semiconductores, generar empleo y hacer frente a la seguridad nacional con la construcción de fábricas de semiconductores que reforzarán el sector tecnológico interno como estrategia de defensa, y evitarán la dependencia del mercado internacional en ese campo.

F. Xavier Mena

 

En este escenario, China se plantea en 2025 ser el líder tecnológico del mundo, tal y como ha declarado Xi Jinping. Pero el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere preservar su liderazgo tecnológico, y por seguridad nacional prohíbe transferir tecnología a China y barra el paso a determinadas empresas como Huawei. Esto significa que si bien China se ha abastecido masivamente de semiconductores, a partir de ahora ya no podrá hacerlo y las empresas chinas empezarán a ir a la baja si no son capaces de seguir el dinamismo de Estados Unidos.

 

“2024 será el año más importante de vuestra vida porque se va a dilucidar un salto impresionante con la Inteligencia Artificial. Veremos quién será el líder del mundo: el que está es Estado Unidos y el que quiere estar es China”

 

Tal y como explicó el profesor, la estrategia de Estados Unidos es correr más que otros, no importa que China siga desarrollándose, pero siempre yendo detrás de él.

¿Qué respuesta está dando China? Las nuevas tecnologías requieren materias primas que son críticas y China está prohibiendo la exportación de materias primas críticas para las nuevas tecnologías como el litio, el níquel o el cobre. De modo que va a liderar algunos sectores como el coche eléctrico o la energía eólica y solar manteniendo una rivalidad en muchos ámbitos, pero no tecnología punta ni en energía militar.

Para concluir la sesión, el profesor Mena hizo una reflexión final: “La complacencia o la inacción nos envían hacia atrás. Si queremos montarnos en el caballo del futuro, este año 2024 tendremos que estar bien atentos”.

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